La comida piurana ocupa el primer lugar en la gastronomía norteña y el segundo puesto en el ámbito nacional, según estudios realizados por Promperú. Pensar en ella significa imaginar un bien servido y fresco cebiche, un cabrito, la carne seca o un seco de chabelo. Para aplacar la sed se toma la dulce chicha de jora, el clarito, el rompope, y el vino de algarroba. Igualmente son típicos las natillas y los chifles, los alfeñiques, las roscas de muertos, los 'angelitos'. Piura, a su vez, resalta por su cocina rudimentaria, de leña, las 'cholitas cocineras' y su peculiar vestimenta, sus utensilios de madera, y vasijas de cerámica, sus festejos y grandes banquetes. Con todo ello, Piura constituye una fuente de riqueza culinaria única.
La cocina piurana es famosa por la gran variedad de platos y la singular sazón de sus cocineras que han hecho que uno de sus potajes represente al Perú: el cebiche. Se prepara con pescado fresco, encurtido en limón y acompañado con maíz en sus variedades de cancha, mote y choclo, además del camote, la yuca, y el clarito o la chicha de jora producidos en Catacaos, La Unión, Chulucanas, La Legua u otros pueblos y distritos de Piura.
La base de la cocina del norte del Perú son los productos marinos que se encuentran en gran variedad en estas tierras, pues el litoral del departamento es una de las zonas pesqueras más importantes del país. Cuando no existía comunicación entre los pueblos norteños, se salaba el pescado tal cual la época prehispánica. Hoy como antaño se acostumbra a consumir los pescados y mariscos en el norte peruano frescos, crudos o cocidos.
Según Anne Marie Hocquenghem, la riqueza de la comida costeña es su origen prehispánico. Porque sus poblaciones del Bajo y Alto Piura, y parte del Chira, son indígenas que han conservado toda la tradición culinaria de sus antepasados. En cambio en la sierra, poblados en su mayoría por los españoles, sus platos son hechos a base de verduras, sopas, y son de origen español.
Una bandera blanca colgada en alguna puerta es la señal que indica al transeúnte dónde hay un 'chicherío' o 'picantería' que expenda éstas. Ellas son toda una institución, sobre todo en Catacaos y en Chulucanas. Allí se vende, además, tamales, cabrito, chancho, cebiches, sopas de pata de toro, secos, el claro, y la chicha, etc.
Las viviendas de los campesinos bajopiuranos tienen, generalmente, piso de tierra, paredes de barro y caña, y un techo sostenido por horquetas de algarrobo que usualmente componen su estructura. Estas casas son muy amplias y constan de tres ambientes: una sala grande, en cuya parte central está la taberna de chicha; la cocina y el corral.
Es frecuente observar por las carreteras 'cholitas' piuranas con sus ollas de comida, y que generalmente están sobrepuestas en la carreta de un burro o en la cocina de leña y carbón. Acostumbran a vender cebiche de pescado de río, pescado frito, con granos de choclo de maíz frito, yucas, cabrito, entre otros platos. Ellas, por una jarra de chicha, obsequian un 'piqueo'; son hablantinas, sus vestidos son hasta las rodillas, usan mantel, llevan trenza, y tienen el acento piurano y cada vez que se sorprenden emiten un 'gua'.
ENTRADAS
SOPAS
PLATOS DE FONDO
POSTRES
BEBIDAS
Fuente: http://cocinandolapaz.tripod.com/cocinapiura.html
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