En el año 1535 los primeros españoles llegaron al territorio de los Chachapoyas, una enorme región situada entre los ríos Huallaga y Marañón, ubicada entre 2,000 y 3,000 mts. de altura y cubierta permanentemente por nubes. Desde el siglo IX, la zona estaba poblada por una importante cultura, hasta que fue invadida por los incas en el siglo XV, e incorporada al imperio Incaico durante los tiempos de Túpac Inca Yupanqui.
El pueblo Chachapoyas o Sachapcollas (pobladores de zonas boscosas) estaba integrado por diversos grupos étnicos afines, que se desplazaban por el territorio que se extiende de Norte a Sur (unos 300 km.), desde el Marañón en la zona de Bagua y por el Sur hasta la cuenca del Abiseo.
Algunas hipótesis aseguran que los Chachapoyas descendían de inmigrantes cordilleranos culturalmente andinos, que modificaron su cultura ancestral en el nuevo medio, tomando algunas tradiciones de los pobladores de origen amazónico. Transformaron el paisaje selvático en yermo a medida que iban depredando los bosques, y como resultado de las quemas anuales a las que sometían sus tierras.
La unidad de organización social estaba constituida por grandes provincias controladas cada una por un poderoso cacique y totalmente independientes entre sí. Eran pequeños reinos o señoríos asentados principalmente a orillas del río Utcubamba. Todos tenían el mismo idioma, las mismas costumbres y formas de cultivar y, muy ocasionalmente, se juntaban para algunas ceremonias religiosas o para defenderse del ataque de un pueblo enemigo, siempre manteniendo su autonomía.
Según las crónicas relatadas por Pedro Cieza de León, los Chachapoyas eran los más blancos y agraciados de todos los habitantes del Perú. Vestían ropas de lana y llevaban en sus cabezas unos “llautos” como señal de su origen. Después de su anexión al Incario adoptaron las costumbres impuestas por los cusqueños.
La organización social estaba basada en la producción doméstica y en la subsistencia agrícola con facilidades de almacenamiento. Dentro de la región de Chachapoyas, desarrollaron el intercambio de alimentos (como la sal) y servicios, basado en las relaciones sociales donde se unen las poblaciones en una red de trabajo.
La zona central del desarrollo de la cultura Chachapoyas fue la cuenca del Utcubamba. Allí podemos encontrar los conjuntos arquitectónicos de Olán, Yalapé, Purunllacta o "Monte Peruvia", Congón (rebautizado como Gran Vilaya), Vira Vira, Pajatén y otros. Pero Kuélap es, sin duda, el monumento más grandioso, de casi 600 metros de largo y muros que alcanzan 20 metros de alto.
Las construcciones habitacionales y monumentales son circulares con bases altas, cornisas de piedras grandes y piedras planas sobresaliendo sobre la superficie de las bases. Poseen rampas inclinadas o escaleras, dirigidas hacia la entrada.
Los Chachapoyas desarrollaron un lenguaje simbólico común con motivos geométricos en forma de triángulos, rombos, serpenteadas y ornamentos cuadrados, que aparecen en los frisos de piedra de las viviendas circulares. Estos símbolos tuvieron un valor étnico y social, y sirvió para demostrar la fuerza de identidad local, mantenida a través del período Inca.
También la arquitectura funeraria caracteriza a la cultura Chachapoyas e incluye dos tipos de sepulturas: el sarcófago y el mausoleo. El sarcófago es una evolución del fardo funerario que se expresa en espacios cordilleranos y costeños de los tiempos Tiahuanaco-Huari.
Fuente: http://www.tudiscovery.com/mochica_chacha/cultura_cha/index.shtml
A continuacion se puede apreciar una muestra de las imagenes captadas en una exibicion llevada a cabo en el Museo de Nación, en la ciudad de Lima, sobre las Momias de Leymebamba.
• Textiles.
• Cerámica.
• Orfebrería.
• Restos Oseos.
• Momias de Infantes.
• Momias de Leymebamba.
MOMIAS DE LEYMEBAMBA EN MUSEO DE LA NACION
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